AMPOLLAS EN LOS PIES EN CORREDORES

¿POR QUÉ SALEN Y CÓMO PREVENIRLAS Y TRATARLAS?

La mayor parte de corredores han sufrido en alguna ocasión la aparición de ampollas en los pies. Es bastante habitual que en la meta de cualquier prueba popular de media y larga distancia nos encontremos con corredores descalzos con ampollas en sus pies.

En primer lugar, es importante que entendamos que la ampolla se genera como respuesta a la presión y sobre todo a la fricción mantenida en ciertas zonas del pie. Por eso suelen ser habituales en las zonas con mayor contacto y fricción (pulpejos y zona superior de los dedos, talón y zona metatarsal.

Para que se genere la ampolla es necesario que la presión y fricción sean mantenidas durante un tiempo. Es por este motivo por el que es mas habitual generarlas en tiradas largas, aunque también se pueden generar en tiradas cortas por el hecho de usar un calzado que genere compresión excesiva en algunas zonas.

Pero el motivo más habitual por el que se generan las ampollas en un corredor no es por compresión del calzado sino por fricción entre pie-calcetín-zapatilla. Sabemos que una zapatilla demasiado apretada nos va a generar problemas de rozaduras y posiblemente ampollas, pero una zapatilla excesivamente grande en la que el pie se desplace en el interior de la zapatilla generará ampollas por fricción.

Un componente muy importante para la generación de las ampollas es la humedad y el calor. Por eso es más habitual generarlas en verano ya que al sudar más se genera un medio mucho más húmedo que contribuye a “macerar” y debilitar la piel facilitando la generación de ampollas.

Como repetimos habitualmente es muy importante no estrenar nunca una zapatilla para una prueba y usar siempre calzado que ya hayamos probado en condiciones similares.

Otro elemento que tiene mucha importancia en la generación de las ampollas es el calcetín. Un calcetín que mantenga la humedad o que tenga costuras en las zonas de presión puede ser el culpable de la generación de una ampolla. Es importante usar calcetines técnicos que mantengan el pie fresco, evacuando el sudor y la humedad y que no tengan costuras cuyo relieve pueda facilitar la creación de la ampolla por roce.

 

 

PREVENCIÓN

Los aspectos a tener en cuenta para que no se generen ampollas en nuestros pies son:

-Uso de zapatilla correcta.

La zapatilla tiene que ser de la medida justa para que ni apriete ni el pie pueda desplazarse dentro de la misma. Las zapatillas nuevas hay que ir probándolas en tiradas cortas y observando cualquier signo de alarma en nuestros pies. La ampolla nunca aparece de inmediato. Previamente la zona se enrojece y duele.

 

-Uso de calcetines técnicos

 

-Mantener una buena hidratación de los pies.

La mejor forma de hidratar el pie es hacerlo por la noche con una crema específica. Hay algunas cremas como la Podoactiva U20 Sport que están especialmente formuladas para el uso en corredores. Su uso regular ayudará a mantener una correcta hidratación de los pies.

 

-Uso de vaselina en las zonas de mayor riesgo de generación de ampollas (talón y zona dorsal y lateral de los dedos). A muchos corredores les resulta práctico poner también un poco de vaselina por encima del calcetín en dichas zonas para evitar la fricción entre la zapatilla y el pie.

-En caso de ya haber sufrido ampollas con anterioridad se pueden proteger las zonas en las que hayamos tenido el problema previamente usando un poco de “piel artificial” sujeta con un esparadrapo sobre dichas zonas.

 

TRATAMIENTO

Depende del tamaño y de la molestia que genere.

Si la ampolla es muy pequeña y no genera dolor lo ideal es mantener la piel limpia y aplicar por encima un antiséptico como la povidona iodada para favorecer el secado de la piel y prevenir de infecciones.

*En esta imagen observamos una ampolla antigua en la zona de arriba (que ya ha perdido la piel supeficial)  y otra incipiente en la zona marcada por el círculo verde en la que todavía no se ha generado líquido en su interior).

 

Si la ampolla es mayor tamaño y resulta dolorosa lo ideal es drenar el líquido (que puede ser transparente o sanguinolento en función de haber soportado una sobrecarga menor o mayor). Para drenar el líquido lo que aconsejamos es lavar la zona con agua y jabón, desinfectarla aplicando povidona iodada por encima y pinchar la ampolla para sacar el líquido. Lo ideal es pincharla con una aguja estéril de las que se usan para poner inyecciones. En caso de no disponer de aguja estéril podemos usar una aguja de coser que previamente hayamos quemado para desinfectarla.

A algunos corredores les resulta útil pinchar la ampolla con una aguja unida a un hilo de coser, atravesar la ampolla con la aguja y cortar el hilo dejando un trozo pequeño a cada lado del pinchazo. Esto se hace para que no se cierre el agujero que hemos hecho para drenar el líquido.

Es importante no retirar la piel que cubre la ampolla ya que dicha piel es el mejor apósito que podemos usar para proteger la piel de debajo.

En caso de que la ampolla aparezca en mitad de una carrera y te esté generando dolor lo ideal es parar y tratarla para poder seguir corriendo. Una vez evacuado el líquido (si es que lo hay) y desinfectada la zona, lo ideal es colocar una correcta protección para poder seguir corriendo, sobre todo en los casos en los que la piel que cubre la ampolla se haya despegado total o parcialmente. Lo ideal, como hemos comentado antes es mantener la propia piel de la ampolla sin recortarla. Es el mejor apósito que podemos usar. Pero en muchas carreras nos encontramos con que la ampolla se ha “roto” y la piel superficial ha desaparecido. La piel que queda al descubierto es muy sensible y resulta muy doloroso pisar directamente sobre ella.

La forma de protegerla, una vez desinfectada, es poner un trozo de “segunda piel” o “piel artificial” que cubra la totalidad de la zona lesionada. Se trata de una especie de película viscosa, habitualmente un hidrogel, que va a proteger la zona sin quedar pegada a la misma. Posteriormente se cubre con un esparadrapo elástico para que no se mueva. Si se trata de una carrera de larga distancia lo aconsejable es colocar una venda por encima, sujeta hasta el tobillo, para evitar que se desplace el apósito.

*En esta imagen observamos como se protege una ampolla con “piel artificial” o “segunda piel”.

 

No aconsejamos nunca cubrir la zona dañada de una ampolla con ningún apósito que contenga adhesivo ya que al despegarlo podrá dañar la zona donde se ha producido la ampolla. Esa es una de las razones por las que usamos un trozo de hidrogel que cubra la zona de la ampolla.

Una vez terminada la carrera aconsejamos quitar los apósitos, lavar la zona con agua y jabón y aplicar povidona yodada por encima para ayudar a prevenir una infección y también para favorecer su secado.

Poner los pies en agua fría también es una buena solución que ayudará a descongestionar los pies después de la carrera y bajar la inflamación en la zona de la ampolla.

Posteriormente lo ideal es dejar los pies “al aire” el mayor tiempo posible aplicando povidona iodada sobre la lesión para que vaya secando la piel.

Como siempre en salud lo ideal es apostar por la prevención y en este caso es muy importante tomar las medidas adecuadas para no generar las ampollas.

En resumen:

-Calzado correcto.

-Calcetín correcto.

-Buena hidratación de los pies.

-Uso de vaselina en las zonas donde en otras ocasiones hayas tenido alguna ampolla, antes de correr.

-Protección preventiva en las zonas donde en anteriores ocasiones hemos sufrido ampollas.

 

 

Víctor Alfaro

Podólogo experto en biomecánica

Director General Podoactiva

Responsable podología RFEA

Responsable podología Real Madrid CF

@jvictoralfaro

 

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