Me han diagnosticado dorsalgia. ¿Qué es exactamente?

Sientes dolor, disminución de la movilidad, sensación de pesadez en la parte media de la espalda e incluso dolor al respirar. Te dicen que tienes dorsalgia, palabra que no habías escuchado en tu vida. Son muchas las causas por las que podemos sufrir esta dolencia, como escoliosis, cifosis, fracturas, hernias discales, artrosis o artritis, pero lo cierto es que también puede aparecer debido a causas como el estrés, errores posturales o contracturas.

Pero antes de meternos en materia, queremos explicarte qué es exactamente la dorsalgia y cuáles son los tratamientos para solucionar este dolor.

¿Qué es la dorsalgia?

Nuestra columna vertebral está dividida en tres zonas: la cervical, la dorsal y la lumbar. Como te habrás imaginado, cuando hablamos de dorsalgia nos referimos al dolor en la parte dorsal, la cual está situada en la parte media. Es la parte encargada de proporcionar movimiento en la columna. Los músculos que generan el dolor son los que se encuentran en el musculo trapecio: roboides menor y mayor.

Lo normal es que el dolor aparezca en un solo lado de nuestra espalda, pudiendo pasar de un lado a otro o afectar a ambos. Podemos distinguir dos tipos de dorsalgia: la rígida (en ancianos y personas que sufren artrosis) y la flexible (en espaldas con problemas de curvatura y de ligamentos y musculares).

Cuando el dolor persiste más de tres meses se entiende que la dorsalgia es crónica. Si el dolor perdura en el tiempo, el importante que el paciente se haga un examen para descartar posibles causas que se escapen del campo de la fisioterapia, como alguna enfermedad grave.

Fisioterapia para tratar la dorsalgia

El profesional siempre comenzará haciendo un examen físico de músculos y huesos para determinar en dónde se encuentra la contractura. (Recuerda que existen causas más graves que requiriera de radiografías o incluso de exámenes más exhaustivos, como resonancias o TACs).

Lo normal es que con el uso de antiinflamatorios no valga, por lo que lo más indicado es que un fisioterapeuta trate el dolor. Este tratará la dolencia de forma personalizada según el caso, pero las técnicas más utilizadas son el masaje descontracturante, estiramientos para prevenir futuras recaídas y relajar los músculos, una terapia miofascial, terapias para la osteopatía para corregir afecciones articulares y encontrar el nivel adecuado de tejido muscular en tu cuerpo, punción seca, plantillas ortopédicas, o incluso tratamientos con láser.

En general, los medicamentos (analgésicos, antiinflamatorios, relajantes musculares) y los ortopédicos (ortesis), están indicados para la fase aguda que suele durar varios días o incluso meses.

La rehabilitación no se olvidará de las zonas cervical y lumbar. Además, en muchos de los casos los masajes están muy indicados, con maniobras relajantes que irán desde el cuello hasta las lumbares

El fisioterapeuta dará al paciente ciertas claves para mejorar la postura y evitar malos hábitos en el día a día, es decir, que tratará de que el paciente tome conciencia de su postura, lo que se denomina reeducación postural.  La medida preventiva es muy importante en este caso para evitar encorvarse. Es importante asociar a la fisioterapia normas de ergonomía laboral. Se ha de estudiar el puesto de trabajo de cada persona para aconsejar sobre las posturas que se han de aportar en cada caso.

José A. Grande

 

 

 

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