Hacer ejercicio habitualmente es sumamente beneficioso para gozar de un estilo de vida saludable que fortalece el bienestar tanto físico como mental. Esta práctica junto a la de llevar una dieta equilibrada es fundamental para prevenir enfermedades, pero también son necesarias ciertas precauciones a la hora de hacer deporte para no mermar la salud bucal.
Según explicaba la Fundación Oral, los deportistas de élite o los que realizan deporte muy habitualmente tienen un riesgo mucho más alto de padecer problemas orales, por lo que deben ser más minuciosos con su higiene dental. A raíz de los Juegos Olímpicos de 2012 se realizó un estudio entre varios de sus participantes y los resultados mostraron que el 55% de los deportistas sufría caries entre los que en un 41% la dentina ya estaba afectada. Además también se observó que un 15% tenía ya periodontitis derivada de una anterior gingivitis. ¿A qué se debían estos índices? A continuación te explico las complicaciones orales más comunes y por qué ocurren entre el gremio deportista:
- Caries: es el problema oral más común en todo el mundo, pero los deportistas de élite tienen un riesgo mayor de padecerlo, ¿por qué? Se debe al consumo habitual (más que alguien que no realice tanto deporte) de bebidas isotónicas. Este tipo de bebidas favorecen la rápida recuperación de los azúcares y electrolitos perdidos durante la práctica deportiva, y pese a su acción reponedora necesaria, tienen el hándicap de tener una elevadísima cantidad de azúcar, el gran enemigo de los dientes. Esta ingesta elevada de azúcar para reponerse del ejercicio extremo sumado a la sequedad bucal que en numerosas ocasiones se produce forma el escenario perfecto para que las bacterias responsables de las caries proliferen y causen estragos si no se cepillan correctamente. La saliva es un protector natural de la boca frente al ataque de las bacterias, por lo que cuando la boca está deshidratada, la salud oral se resiente.
- Erosiones y microtraumatismos: los entrenamientos y el ejercicio intenso generan muchísimo desgaste y una gran tensión en la boca, algo que pasa factura a la salud de los dientes. Esta tensión provoca que los dientes choquen entre ellos al nadar, correr, saltar… cualquier tipo de ejercicio de acción. Esto genera roturas y microtraumatismos en la superficie dental, especialmente en los deportistas que tengan sus dientes desalineados que además los daños serán mayores debido a que las cargas de sus dientes no serán las adecuadas y acabe derivando en que los músculos y huesos de la zona se sobrecarguen ocasionando dolor de cuello, espalda, cervicales… Además, el no tener los dientes alineados también favorece la acumulación de placa ya que no se pueden cepillar todos los recovecos adecuadamente.
- Sarro: los nadadores profesionales son los más propensos a sufrir este problema, denominado precisamente “sarro del nadador”. Se debe a que pasan muchísimo más tiempo que el resto en el agua de las piscinas entrenando para competir, y el cloro que hay en ellas, pese a que mantiene el agua limpia de microorganismos dañinos, es el causante de este problema. Dicho elemento provoca que el ph de la saliva aumente y sus proteínas se descompongan más rápido y se depositen en los dientes, lo que aprovechan las bacterias para adherirse mejor a la superficie dental. De esta forma se genera la placa bacteriana, que se mineraliza debido al aumento del ph y es lo que conocemos como sarro.