Con la llegada de la primavera muchas personas deciden comenzar con una rutina de ejercicios para llegar al verano en forma y, si es posible, con unos kilos menos. Hacer deporte de manera regular es algo muy importante para mantener la salud general pero hay que tener en cuenta una serie de precauciones.
Cuando hagas ejercicio es muy importante que bebas mucha agua. Cuando se realiza cualquier actividad deportiva, especialmente si no estás habituado a ello, es frecuente sudar. Esto puede provocar que te deshidrates. La deshidratación, entre otras cosas, puede hacer que las mucosas se sequen lo que perjudica gravemente a las encías. Esto hace que estén menos oxigenadas, quedando desprotegidas respecto a los estímulos externos: frío, sol, tabaco, bebidas ácidas etc.
Muchas personas, además, respiran por la boca al practicar ejercicio. Esto puede provocar sequedad bucal y menguar la producción de saliva, uno de los principales protectores de tus dientes. Como consecuencia se tiene un mayor riesgo de sufrir caries o cualquier enfermedad periodontal como gingivitis o periodontitis.
El running puede dañar tus dientes
El running se ha convertido en uno de los ejercicios de moda. Aunque tiene múltiples beneficios no debes olvidar que al correr la dentadura puede sufrir: cuando corres tu cuerpo impacta contra el suelo y precisamente esos impactos pueden provocar daños en tus dientes como pequeños microtraumatismos, fisuras o roturas en sus bordes.
Estos daños pueden ser todavía más graves si tu dentadura no está completamente alineada. Las maloclusiones dentales, además de provocar daños durante el ejercicio, pueden sobrecargar tus músculos y huesos de la articulación mandibular lo que puede causar desde molestias de cuello y espalda a dolores de cabeza.
Si decides comenzar con una rutina de running, o cualquier actividad física de impacto, acude a tu dentista para evitar todos estos daños. Tu odontólogo llevará a cabo los retoques preventivos necesarios para reducir el rozamiento de tus dientes.